¿Qué es la relación de ayuda?

En el fondo, se trata de acompañar al consultante a que se ayude a sí mismo, a que sea protagonista de su propia situación y utilice al máximo los recursos existentes.

Descubrir y apoyar, en medio del sufrimiento, las cosas y relaciones que son significativas para el individuo, constituye el objeto de la relación de ayuda.

La Relación de Ayuda, en el ejercicio de la atención ortoprotésica, puede ser definida como la comunicación intencionada que el profesional establece con el paciente usuario de productos de ortopedia. Esta comunicación intencionada tiene cualidad de Relación de Ayuda cuando el profesional aporta al paciente recursos para que pueda afrontar, superar y/o aceptar como camino de crecimiento las situaciones de dificultad generadas por las características de la propia patología, en las que el uso del producto ortopédico va a influenciar.

Nuestra buena voluntad de ayudar al prójimo a que resuelva su situación-problema es el paso principal para activar un espacio de Relación de Ayuda, pero no nos va a asegurar el éxito de nuestra intervención. En un espacio de Relación de Ayuda, el profesional debe tener en cuenta y regular todos los elementos implicados en una relación terapéutica:
  • Sus propios pensamientos, emociones y sentimientos. ¿Cómo yo como profesional reacciono ante la situación que presenta el paciente? ¿Qué pienso, qué digo, cómo actúo...? ante lo que muestra el paciente.
  • Educar y entrenar una serie de destrezas personales que convertirán la relación con el paciente en un medio de transformación: Empatía, Respeto, Genuinidad, Concreción, Inmediatez, Aceptación Incondicional,... Un conjunto de actitudes personales, que el profesional despliega ante el paciente, que crean el clima de Relación de Ayuda, con el objetivo que el paciente perciba que está recibiendo todo ello de quien le atiende.
  • Observar los pensamientos, emociones y sentimientos del paciente, generados por la vivencia de su patología y por la vivencia del uso del producto ortoprotésico.
  • En esta relación profesional-paciente se mueve tres espacios de comunicación que se van a mostrar simultáneamente en la consulta y que el profesional debe saber diferenciar: 1-la relación que el paciente establece con su propia realidad de enfermedad, 2- la relación que el profesional establece consigo mismo a raíz de la información-experiencia que está recibiendo del paciente y 3-la relación propiamente dicha entre paciente y profesional.
  • La Relación de Ayuda se despliega en un proceso pautado, de forma sistemática. No cabe lugar la espontaneidad. Los grandes maestros de esta metodología de comunicación dividen el proceso en etapas definidas, cada una de ellas con sus características y funciones específicas: Acogida, Valoración Integral, Confrontación y Acción. Ser fieles a este recorrido en forma de fases nos facilita, entre otros aspectos, realizar una auto-evaluación (y posteriores auto-correcciones) de nuestra intervención en la dinámica de la Relación de Ayuda.
La Relación de Ayuda es un proceso de comunicación e intervención terapéutica que se aprende, se desarrolla y se entrena, de la misma forma que aprendemos a diseñar, confeccionar y/o manejar un producto ortoprotésico.